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"GADEA SALIS" LOLA MONTERO

 

Fecha Inicio: 01/02/2020
Fecha Fin: 14/03/2020
Lugar: Galería Benot. Avenida cuatro de diciembre de 1977 nº 10
Horario del evento: Lunes a viernes de 10:00 a 13:30 y de 17:30 a 21:00 h. Sábados: de 10:30 a 13:30 h.

 

 

Una visita inacabada, y siempre un asunto pendiente, es lo que Lola Montero mantiene con la capital gaditana, y a la que vuelve con un título que no deja espacio, o si, a segundas intenciones.

Gadea Salis es una selección, más intimista si cabe, de las obras que a lo largo de casi un decenio han ido saliendo del taller de la artista en torno al universo salinero de la Bahía. Contemplándolos con perspectiva temporal no parece inoportuna la célebre advertencia del poeta inglés Robert Herrick, que tan popular hizo el film de Peter Weir filmado en los años 80:
Gather ye rosebuds while ye may,
Old Time is still a-flying;
And this same flower that smiles today
Tomorrow will be dying.

Y es que el momento de retratar estos paisajes, que durante siglos permanecieron casi incólumes, apenas afectados por obras y carreteras que los dejaban a un lado, como personajes olvidados, ya casi ha pasado.

Estas salinas, y sus postrimerías que decaen en el olvido de todos, salvo del microcosmos y la pequeña fauna y flora que las cohabita, vuelven de nuevo a la Galería Benot con el misterio que el pincel de esta artista recrea. Ese misterio con el que nos envuelve en las vistas de los tajos, de los aperos del salinero. Esta vez, como decimos, si cabe aún más introvertida en virtud de ese microcosmos que se apropia de los silencios que van dejando los hombres, casi ausentes ya en su ancestral actividad industrial salinera.

Afirma Juan Lamillar, el enorme poeta sevillano, que “Lola Montero siente la llamada “casi mi´stica” de los paisajes salineros y nos habla de su horizontalidad casi sagrada. A vista de pa´jaro, las salinas semejan un laberinto que tuviera encerrado a un minotauro anfibio, pero Lola humaniza esa visio´n desde lo alto y las compara con los pulmones: bronquios, bronquiolos y alveolos…”

Es tan sólo una década, tan poco y tan mucho, la que se nos escapa rauda entre los dedos. Es ésta una escala que se revela ajustada para percibir el antes y el después de este paisaje antropomórfico por excelencia.

El paisaje en Lola Montero es un “natural” por usar el término taurino, es su técnica “nativa” y éste se desenvuelve con el sincretismo y el embrujo que siempre ha sabido arrojar sobre el paisaje gaditano, tanto en sus calles, casas y rincones, como en estos ascéticos recitativos que entona para las salinas y sus paisajes interminables.

Desde sus primeras incursiones y bocetos hasta las obras más recientes, centradas en el microcosmos salinero, la obra que podremos contemplar en Benot en las próximas semanas arroja de nuevo luz sobre un universo tan gaditano, tan universal, tan nuestro; el salinero, sobre el que se entretejen amenazas y esperanzas como mimbres de un mismo destino.


 



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